¿Mucho tiempo parado? ¡Tal vez tengas este padecimiento!

Síndrome de Dolor Miofascial

Cuando estás mucho tiempo parado o realizas un movimiento repetitivo en el trabajo, o por algún pasatiempo, la presión ejercida en los puntos sensibles de los músculos provoca dolor en el músculo y, a veces, en partes del cuerpo que, aparentemente, no están conectadas. Esto se denomina «dolor diferido».

Los músculos se encargan del 50% del metabolismo corporal, lo que conlleva un enorme gasto de energía. Por ello, nuestro sistema muscular intenta economizar al máximo su trabajo, aun cuando tenemos alrededor de 434 músculos que son regulados automáticamente para realizar movimientos en cualquier momento. Como consecuencia del exceso de trabajo en nuestro sistema muscular, es común que se presente el síndrome de dolor miofascial (SDM)

¿Qué es el síndrome de dolor miofascial?

Es un cuadro de dolor regional de origen muscular, localizado en un músculo o grupo muscular. Muchas veces, el punto de dolor es referido a zonas circundantes, conocidas como puntos de gatillo miofasciales (PGM). En algunos casos, la capa que recubre al músculo que presenta el punto gatillo, también conocida como fascia, presenta contracturas, fibrosis y en consecuencia, déficit de movilidad.

El síndrome de dolor miofascial (SDM) es una entidad que la padece la mayor parte de la población, con un comportamiento diferente a las otras afecciones del aparato locomotor. Desafortunadamente, es un padecimiento poco difundido entre los profesionales de la salud, y muchas veces, mal entendida. Existen estudios en los que encuentran que los puntos gatillo miofasciales (PGM) a alcanzan una prevalencia del 65% en la población adulta asintomática y 93% en población sintomática.

Se ha visto que el SDM se presenta más en mujeres que en hombres y se da mayormente entre los 31 y 60 años de edad, fecha que coincide con la máxima actividad muscular que realizan los individuos.

¿Cuáles son las causas del síndrome de dolor miofascial?

El síndrome de dolor miofascial es activado directamente por:

  1. Sobre esfuerzo en el deporte o de las actividades del trabajo.
  2. Compresiones musculares: La ropa, accesorios como cinturones o relojes muy ajustados.
  3. Traumatismo directo.
  4. Malas posturas en el trabajo o en la casa.
  5. Mantener la misma posición mucho tiempo durante el día.
  6. Enfriamiento del musculo.
  7. Enfermedades viscerales.
  8. Alteraciones articulares, como esguinces.
  9. Inflamación de otras zonas corporales.
  10. Radiculopatía (lesiones nerviosas, como del nervio ciático).
  11. Estrés emocional.
  12. Ansiedad.

¿Cuáles son los síntomas?

Dependiendo de la ubicación de los puntos gatillo miofasciales, se pueden presentar algunas de estas alteraciones:

  1. Alteraciones sensoriales: Entumecimiento o adormecimiento, hormigueo y poca sensibilidad en la piel.
  2. Alteraciones de las funciones autonómicas: Sudoración anormal, rinitis persistente y salivación excesiva. Si los PGM se encuentran cerca de la cabeza o cuello, puede haber lagrimeo persistente.
  3. Alteraciones propioceptivas: Se puede presentar una percepción distorsionada al momento de cargar objetos, desequilibrio mientras se está de pie, mareos o Tinnitus (“escuchar» ruidos en los oídos cuando no hay una fuente sonora externa).
  4. Alteraciones del sueño: Al dormir, es posible que los músculos se mantengan en una posición acortada al dormir, lo que puede causar la compresión de los puntos gatillo miofasciales (PGM).

¿Cuál es el tratamiento?

Si bien hay procedimientos generales para su tratamiento, cada caso de síndrome de dolor miofascial tiene sus particularidades y es muy importante diagnosticarlas con precisión, para saber más ven a vernos.

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